sábado, 29 de octubre de 2011

Están Vivos.... y nosotros seguimos tan dormidos como antes

 Ultimamente parece que el director John Carpenter está de moda. Puede que por el reciente estreno de la precuela de su película de culto La Cosa (titulada también La Cosa, se ve que no se querían desmarcar mucho del producto original... más bien nada)puede que por la moda retro que tanto se estila hoy en día o simplemente se deba al renacer que parece estar sufriendo el género terrorífico; y del que el señor Carpenter es una referencia fundamental.

Por el motivo que sea, los aficionados al género damos palmas con el ojete cuando los principales medios de comunicación nos dan la oportunidad de revisitar al autor y su obra. En concreto La Sexta3 (una afortunada apuesta por el buen cine) ha emitido en las últimas semanas: La Niebla (The Fog), 1997 Rescate en Nueva York(1997 Escape From New York) o Están Vivos (They Live) entre otras. Tres días antes de la anglosajona fiesta de Halloween, Telemadrid también recordó al director, aunque esta vez con el remake que Rob Zombie hizo de su clásico La Noche de Halloween (John Carpenter's: Halloween) Y me atrevería a apostar uno de mis testiculos colganderos, a que en dos días, la noche de marras, alguna cadena emitirá la película original de 1978.

Pero como yo siempre voy a contracorriente, soy así de guay y de outsider, no le voy a recordar por Halloween, por mucho que las fechas lo exijan. Y es que creo que el panorama actual es mucho más relevante que una sola noche de celebración, por mucho que mole disfrazarse y ponerse del revés. Por ello la película de su filmografía que tiene más fuerza hoy que nunca es: Están Vivos (They Live).

Cualquier aficionado seguro que la habrá visto; y si no lo ha hecho, no se atreverá a reconocerlo. Están Vivos es una película de ciencia ficción sobre un complot extraterrestre para dominar y esclavizar a los seres humanos sin que estos se enteren de nada. Por supuesto aparece el héroe de turno que descubre el pastel y se levanta en armas contra los visitantes. No es difícil leer entre lineas un crítica muy poco velada de la sociedad capitalista. Más concrétamente de la sociedad norteamericana de la era Reagan. Por supuesto la película no cuajo demasiado bien en ciertos sectores estadounidenses, con los consiguientes problemas para su estreno.

Sin embargo a día de hoy se trata de un clásico en mayúsculas, con sus más y sus menos, como casi toda la filmografía de Carpenter, muy lejos de ser perfecta, pero casi siempre acertada y más que correcta. Al margen de sus cualidades técnicas, Están Vivos cobra ahora una especial relevancia por su crítica ácida, jócosa, atrevida, pero sobre todo visionaria.

Valga como muestra esta secuencia que resume a la perfección el espíritu de la película, el universo de su director y lo que es más terrorífico y desolador, nuestra sociedad actual.

¡Han pasado 23 años del estreno de esta película y nosotros seguimos más dormidos que nunca!






lunes, 3 de octubre de 2011

Lección de suspense: Insidious Vs La Cara Oculta

Lejos de pretender sentar cátedra o dar lecciones de cine a quienes tienen la suerte de vivir de ello, con este post pretendo, siempre desde mi modesta opinión, explicar lo que considero como un ejercicio más que correcto de suspense en contraposición de uno desgraciadamente fallido.

 Empecemos por la película de Andrés Baiz, La Cara Oculta. Y antes de hacerlo me gustaría aclarar dos cosas. Lo primero, que las siguientes lineas contienen un spoiler, aunque a juicio de los responsables de la película no lo es tanto cuando lo desvelan en el tráiler. De modo que si habéis visto el tráiler seguid leyendo. Si no lo habéis visto y pretendéis ver la película, no lo veáis (el tráiler) y apartaos de este blog ahora mismo.

Lo segundo, que más que una aclaración es una justificación/disculpa, se trata, como le diría un padre a su hijo gamberro a la hora de castigarle, de un "me duele más a mi que a ti". Y es que hablar mal de una coproducción española me molesta, especialmente cuando se trata de un thriller correcto. Aunque realmente no voy a hablar mal del film, sino de su nefasta campaña de promoción.

 Como supongo que ya habrá quedado claro, La Cara Oculta es el ejemplo de Suspense fallido que se torna en aburrimiento. Y esto no se debe a un error en la realización o en el guión, el problema reside, como ya he dicho antes, en una inexplicablemente absurda promoción. El tráiler revela como eje principal de la trama lo que realmente es un giro de guión que se produce a mitad de la película, tirando así por tierra los primeros 50 minutos, durante los cuales todo intento de generar desasosiego o inquietud en el espectador resulta inútil por un hecho tan sencillo como lógico: el público ya sabe lo que pasa.

El terror o el suspense, tanto en cine como en literatura, se basa en una premisa básica, el desconocimiento. El espectador o el lector desconoce lo que el protagonista se va a encontrar al doblar esa esquina o lo que se esconde al final de la escalera. Aunque existe una variante de esta norma; y es cuando el espectador o el lector tienen más información de la que tiene el protagonista. Pero en este acaso, aquello que el público sabe y el personaje desconoce solo puede provocar inquietud si supone un peligro para este último. Esto es cuando la audiencia ya sabe lo que hay al doblar esa esquina, un asesino armado con un enorme cuchillo. El terror reside ahi en el hecho de observar como el protagonista se dirige inconscientemente a un funesto destino del que nosotros si que somos conscientes.

En la Cara Oculta, concretamente con su tráiler y su promoción, no respetan esta simple norma. La actriz que en un principio se presenta como coprotagonista (Martina Garcia, que por otro lado ya sabemos que no lo es, puesto que hemos visto en numerosos platós de televisión a Clara Lago promocionando la película como compañera dramática de Quim Gutiérrez) es atormentada por sonidos en la soledad de la casa y su terror va en aumento cuando siente una presencia extraña entre las paredes de su hogar al más puro estilo de las clásicas historias de fantasmas. Sin embargo, es solo ella la que sufre dicho terror, nadie al otro lado de la pantalla le acompaña en su angustia. Porque gracias a los responsables de la promoción del film, todos en la sala saben que esos sonidos extraños y que esa presencia provienen de la celosa ex novia del protagonista (Clara Lago) encerrada por error en una insonorizada habitación del pánico. Y todos saben además que la torpe prisionera no supone ningún peligro para nadie, salvo puede que para las cucarachas que se pueda encontrar en su encierro.  

El esfuerzo por parte del director de orquestar escenas propias de una historia de fantasmas (con reminiscencias de Lo Que la Verdad Esconde) resulta por lo tanto ridículo y solo provoca que el espectador mire a su reloj enojado al descubrir que le han destripado descaradamente 50 minutos de película; y que los culpables han sido los propios responsables del film.

Esta película queda por lo tanto como un claro ejemplo de como convertir el suspense en aburrimiento y su campaña de promoción en ejemplo de como convertir una historia correcta y entretenida en una tomadura de pelo.


            En el otro lado de la moneda se encuentra Insidious, un ejercicio de terror y suspense aprobado con nota.

James Wan ya sorprendió hace años con Saw, un soplo de aire fresco en un tema tan trillado como era el de los psicópatas acosadores. Esta película sentó algunas de las bases de un nuevo género que empezaba a despegar, el Torture porn, tan de moda hoy en día. Saw se estrenó en 2004 y un año después fue el crítico David Edelstein el primero en acuñar este término para referirse a la película Hostel.
Hoy Saw se ha convertido en una saga tan soporífera y repetitiva como rentable. Son ya siete las películas y una octava cocinándose.

Seis años después de dar la campanada con Jigsaw (así se llama el psicópata de Saw) Wan vuelve a adentrarse en un género en el que a priori no parece que haya nada nuevo que contar: Las casas encantadas.

Insidious no resulta tan original como Saw, de hecho muchos la tacharán como una especie de Poltergeist 2.0. Especialmente en su segunda parte, con la bruja que ayuda a la familia acompañada de sus pintorescos técnicos en sucesos paranormales. Aunque esta especialista en otros mundos tiene mejor tipín que la entrañable Tangina. Pero lo que no se le puede negar a Insidious es que sabe generar tensión, desasosiego y sobresaltos.

Hacía tiempo que no sentía le necesidad de apartar la mirada de la pantalla aterrado ante la llegada del siguiente susto. También es cierto que vi la película en las condiciones idóneas para pasar miedito: solo, de madrugada y con poca luz. Aun así no fue ese el único motivo por lo que Insidious se me agarro en el estómago. Al acabar su visionado revise las principales secuencias que me habían hecho sufrir y confirmé mi primera impresión. Se tratan de un despliegue inteligentísimo de los principales recursos del género.

Cierto es que en algunos momentos el intento de ser original desemboca en una no deseada comicidad que se convierte en su principal defecto. Valga como ejemplo el maquillaje del principal ente maligno. Sin embargo no creo que estos flojeos lleguen a ser tan relevantes como para sacarte de la trama. Y esto es porque durante una primera mitad magistral Wan consigue agarrarnos por el cuello y sumergirnos en la historia de tal manera que sus pequeños deslices, si no por alto, si que pasan de puntillas.

Pero la comicidad en Insidious no siempre es un defecto involuntario. Existen también en la película momentos cómicos que, a mi juicio, funcionan perfectamente como pequeños oasis de alivio que le sirven al espectador para tomar aire entre sobresalto y sobresalto. Aunque estoy seguro que no todo el mundo estará de acuerdo conmigo en considerar un acierto a esa pareja cómica de investigadores paranormales. 

En este punto Insidious coincide con La Cara Oculta en el correcto uso de  pequeños aderezos de humor. Aunque en distintos contextos y con diferentes resultados. En el caso de la película de Wan, como ya he dicho, con el fin de relajar el agotador ritmo del suspense. Y en el caso de La Cara Oculta, aunque supongo que no era su propósito, sirven para levantar ligeramente en forma de leves sonrisas una historia que, como ya he explicado antes, carece de interés y del más mínimo atisbo de suspense: "¡Mira, ahí ha tenido gracia!" piensa uno en algunos momentos.  

Otro de los puntos flacos de Insidious es su tramo final y desenlace. Como suele ocurrir en películas de este tipo, la historia flojea según avanza la trama y al acercarse al climax la cosa se convierte en una sucesión de tópicos y pirotecnia. Por no hablar de la supuesta sorpresa final predecible a más no poder.

Pero aun con estos pequeños detalles negativos, el film de Wan es una pieza terrorífica, como diría mi padre, de las que ya no se hacen. Un ejercicio de suspense y de puesta en escena del bueno. Contiene algunas de las imágenes más perturbadoras de los últimos tiempos sin mostrar una sola gota de sangre; y supone una feliz renovación del género de fantasmas, que parecía totalmente quemado después de la fiebre oriental que en los últimos años llenó la cartelera de espíritus infantes y de mujeres con sed de venganza.








miércoles, 1 de junio de 2011

Hollywood, no te reconozco


Para muchos el aluvión de remakes que Hollywood nos viene esputando durante los últimos años es un claro síntoma de decadencia. 
                                                                                Lo cierto es que lo que antes eran casos aislados, hoy se ha convertido en el pan nuestro de cada día y términos como reboot, precuela, secuela y especialmente remake, abarrotan las páginas de las revistas cinematográficas.





¡Por el amor de Billy Wilder! ¿¡Una revisión de Perros de Paja!? ¿Era necesario? ¿Acaso Sam Peckinpah no lo hizo ya suficientemente bien? Por no hablar de la descontextualización. Quiero decir; si algo destacó en el cine de Peckinpah fue la violencia. Denostada por los más conservadores y alabada por aquellos que veían en ella una revolución en la forma en que Hollywood nos contaba sus historias. Revolución que efectivamente se materializó  y que tiene en el cine de Quentin Tarantino a su principal heredero. Por lo tanto, si Perros de Paja tiene su principal baza en la forma que emplea para contarnos una historia de violencia, absolutamente novedosa para su tiempo ¿Qué sentido tiene un remake? El film de Peckinpah pertenece a otro año, a otra década, a otro siglo, a un momento en que las fórmulas audiovisuales eran muy distintas a las actuales. Perros de Paja hoy está fuera de contexto.

Y es que esta fiebre de cine precocinado no respeta ni a los grandes, no olvidemos a todo un visionario en esto de mearse en los clásicos bajo la máscara del 'homenaje', Gus Van Sant y su infame Psycho, un calco plano por plano del clásico de Hitchcock; eso si, a color.

Los reboots ¿qúe se puede decir de los reboots? Para aquellos que no lo sepan un reboot es el relanzamiento de algo ya hecho, tomando las características más importantes, pero sin que necesariamente tenga relación ni continuación con lo anterior. Para entendernos, ya había una saga de Batman, llegó Nolan, cogió al personaje y empezó de cero, eso es un reboot.

Si los remakes ya demuestran el bloqueo creativo que sufre Hollywood; o más bien, las pocas ganas que tienen las majors de arriesgar con novedades cuando pueden desempolvar fórmulas que ya funcionaron en su día. Los reboots ya resultan hasta ofensivos por lo descarado. Aun no se ha estrenado la tercera parte del Batman de Nolan y ya corren rumores de que el director anda detrás de un proyecto para lanzar una nueva saga del héroe alado. Eso si, esta vez como productor. Lo mismo ocurre con Spiderman, cuyo reboot está a puntito. Ya ni siquiera esperan a que pase algún tiempo 'si algo funciona, pues lo hacemos de nuevo ¿Para qué cambiar el menú, si el pollo le gusta a todo el mundo?'

Lo cierto es que esta decadencia de la que tanto hablan se presentó físicamente ante mi cuando visité Hollywood. Las luces de la Avenida de la Fama contrastan con la oscuridad de otras calles no tan frecuentadas, los negocios, en su mayoría, claro está, de merchandising turístico que se encuentran en esta misma avenida, contrastan con los carteles de Se vende o Se alquila que puedes ver solo dando unos pasos más.Por no hablar del desasosiego que me provocó ver un cine reconvertido en Iglesia 'come-orejas' sobre las bondades de Jesús.  Hasta los disfraces de aquellos aficionados que alimentan los sueños de los turistas a cambio de unas monedas, resultan entrañables de lo cutres que son. Al traje de Spiderman no le vendrían mal unos remiendos por aquí y unos parches por allá; Marilyn Monroe parecía un travesti del Día del Orgullo y la amplia variedad de Batmans tampoco se quedan atrás. Hasta el mismísimo Joker se mofaba de ellos; claro que éste se mofa de todo el mundo porque la sonrisa está fija en la máscara, máscara que por cierto le venía grande.

Un bar fue el encargado de terminar por confirmarme que Hollywood ya no es lo que era. Uno de esos bares oscuros que se ven en las películas, donde ya puede lucir el más brillante de los soles en el exterior, que sus parroquianos se emborrachan tan solo iluminados por las luces de la barra. Las paredes del estrecho local estaba decoradas con fotos firmadas de estrellas hollywodienses. De Stallone a Al Pacino pasando por John Belushi habían pasado por allí, pero eso fue hace tiempo; ya no pasaba nadie. Esto nos lo contó un simpático y bebido habitual del local, que se emborrachaba alegremente con su mujer. Tuvimos una conversación agradable en la que solo se le oscureció un poco el carácter cuando nos habló de los buenos tiempos, según él, Los Ángeles es lo que 'mola de verdad' y su 'fuck New York' me dio la impresión de que escondía algún rencor hacía el hecho de que las luces de la fama y el glamour enfoquen hoy por hoy más hacía la costa este que hacía el oeste de los Estado Unidos.

La Historia de Hollywood está llena de cuentos de decadencia, dentro y fuera de la pantalla. El ascenso a la gloria y la posterior caída ha llenado páginas y páginas de guiones; y como la realidad siempre supera la ficción, muchas de sus estrellas más brillantes han sido víctimas del binomio éxito-fracaso. Por poner dos mínimos ejemplos se me vienen a la cabeza ¿Qué fue de Baby Jane? dentro de la gran pantalla y el pobre Bela Lugosi fuera de ella.

A este paso, quizás pronto, Hollywood escriba una de esas historia  de ascenso y caída sobre... Hollywood. 

lunes, 11 de abril de 2011

High Power Bullet. de Sergio Gómez.

Esta pequeña joyita hecha con bastante menos de cuatro duros, concretamente con cuatro duros menos, ha ganado el primer premio en la sección de cortos amateurs del Fanter Film Festival, organizado por el portal abandomoviez. Su autor es mi querido y admirado (sin mariconadas) Sergio Gómez, quién se encargó de ponerle música a mi corto Insaciable y Discreta (que podéis ver de nuevo pinchando AQUI)




Este tipejo estuvo el pasado jueves 7 de abril en el Kallejón del Corto presentando un corto, que si no me equivoco ya tiene más de un año y del que yo soy ferviente fan; Punto Muerto. Lo he buscado pero no lo he encontrado, así que a la espera de que me diga donde lo puedo encontrar íntegro para mostrároslo, os dejo un aperitivito. El tráiler... en inglés y en chino: Un homenaje desde la mofa y el cariño a la serie B.
Además este ser de las profundidades del averno, también es cantante de un grupo, Cotard, más heavy que el viento huracanado, como podéis comprobar en este videoclip que hace eructar de placer a los dioses del Metal: -El Callejón-

Y sin más os dejo con el tráiler para las distribuciones internacionales.
Salud y a apoyar a las jóvenes promesas.